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Este es el nuevo blog de la asignatura de Religión del CEIP. GUADALQUIVIR de Sanlúcar de Bda. (Cádiz). Quiere ser un blog de todos y para todos: abierto y participativo. Aquí podéis ver todos los materiales que vayamos colgando: vídeos, presentaciones en power point, artículos, reflexiones,... todo aquello que sea de interés y nos ayude en nuestra formación.
Además para el confinamiento he creado el nuevo blog Profe de Religión en Casa que permite al alumnado trabajar la asignatura desde casa.


domingo, 14 de diciembre de 2014

Tercer Domingo de Adviento




Lo dice Juan Evangelista y lo expresa bien Juan Bautista: él no es la luz, sino testigo de la luz. La luz es Jesucristo. Vamos avanzando hacia la Natividad del Señor que es una fiesta de amor y de luz. El Adviento terminará en próximo domingo, el mismo que abre la semana donde celebraremos la Navidad. Todavía hay tiempo para enmendar algún camino y para allanar alguna senda escabrosa. El Señor Jesús nos espera.

 Bien es cierto, que vivimos tiempos de crispación y hasta de desaliento . Hay una lista interminable de razones para el desaliento y la tristeza: la violencia que no cesa en muchos rincones de la tierra, la injusticia que cubre la vida de millones de personas, la indiferencia ante la Buena Noticia del Evangelio de nuestra sociedad satisfecha en sus propias redes, la insolidaridad ante el pobre y desvalido… Tantas razones para el desaliento y la tristeza.

            Pero hoy, se nos anuncia la alegría como lo hizo Isaías y Pablo en otro tiempo, porque, como dijo San Juan Crisóstomo: “La verdadera alegría se encuentra en el Señor. Las demás cosas, a parte de ser mudables, no nos proporcionan tanto gozo que puedan impedir la tristeza ocasionada por otros avatares en cambio, el temor de Dios la produce indeficiente porque teme a Dios como se debe a la vez que teme confía en Él y adquiere la fuente del placer y el manantial de toda alegría”

            El profeta Isaías ha reflexionado profundamente sobre el verdadero designio de Dios. Éste no se manifestará de la manera brillante que esperan los hombres, sino que se dará a conocer a través de un "ungido", preocupado sobre todo por los pobres de este mundo. Esta salvación se manifestará por la justicia y por la alabanza al Dios vivo.

            El apóstol Pablo escribe a la Comunidad de Tesalónica.  Les invita a que vivan en plenitud la vida en Dios, manifestado plenamente en Jesucristo, la verdadera alegría.  

            Y la seguridad en la cercanía del Señor, que debe ceñir toda la vida cristiana, la concreta en tres aspectos: la alegría confiada y pacífica, en toda circunstancia; la superación de toda preocupación y angustia; la oración de súplica y acción de gracias al Dios de la paz.        

            Muchos hombres y mujeres ante el sufrimiento y los contratiempos se desesperan y se vuelven tristes, aquellos penetrados del Espíritu de Cristo presentan su vida como una ofrenda a Dios y descubren una oportunidad para vincularse más a Cristo y “saben esperar”.

             El convencimiento de que Dios viene a nosotros, razón definitiva para la esperanza y la alegría, motiva un cambio de nuestra condición y posibilita un giro total de conversión a nuestra vida. Así lo advierte Juan Bautista en su predicación para “preparar el Camino al Señor”.

            Juan propone cambio concretos en la vida de cada uno de nosotros, que siguen siendo necesidades previas para la venida del Señor y su verdadera misión es la de preparar el camino para la llegada del Mesías. 


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