Gracias, Señor, por mi vocación a la enseñanza.
Concédeme ejercerla con amor,
prudencia, sabiduría y paciencia.
Ayúdame a ver a mis alumnos
con Tu mirada de misericordia
para sólo captar el bien en cada uno,
conocer sus cualidades,
alentar sus sueños y proyectos,
y enseñarlos con dulzura y firmeza
a corregir sus faltas y tropiezos.
Que sepa compartir sus alegrías,
comprender sus inquietudes
y consolar sus tristezas.
Haz que logre enseñarles a ser
constructores de justicia y de paz,
honestidad, fraternidad y perdón,
defensores de la vida y la verdad.
Que sepa compartirles la fe,
comunicarles esperanza,
animar su perseverancia y valentía,
alentar su caridad y alegría
y sembrar en su corazón la voluntad
de caminar Contigo y hacia Ti
dedicando sus dones y talentos
al servicio y al bien de los demás.
Que yo sea capaz de hablarles de ti
y de enseñarles a hablar contigo.
Que ellos se den cuenta de que son amados
y de que yo sólo busco su verdadero bien.
Que mi amistad contigo sea la fuente
de mi amistad con ellos.
Que mi docencia sea un reflejo de la tuya.
y de enseñarles a hablar contigo.
Que ellos se den cuenta de que son amados
y de que yo sólo busco su verdadero bien.
Que mi amistad contigo sea la fuente
de mi amistad con ellos.
Que mi docencia sea un reflejo de la tuya.
Gracias, Señor, por haberme llamado
a tu misma misión.
a tu misma misión.
Amén
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