Historia de la devoción de Sanlúcar a la Virgen de la Caridad
Pretendemos en este artículo explicar o tratar de la historia de la
devoción de los sanluqueños a la Virgen María a través de la advocación
de la Caridad.
Los temas que vamos a tratar son muy conocidos y además, muy ampliamente
documentados. De modo que no vamos a tener el mérito de haber hecho
“profundas” investigaciones y haber encontrado documentos inéditos que
arrojen nuevas luces.
Pero, sin embargo, explicamos al lector que decidimos escribir este
artículo para que fuera un resumen ORDENADO de tantas noticias,
detalles, escritos, protocolos, Actas Capitulares, contenidos de libros
de historia de Sanlúcar, folletos, etc, que sobre el tema existen, a
fin de que el lector se enterara cómodamente de tan interesante tema.
Nuestro único mérito es haber puesto “papeles en orden”, porque hasta en
las mismas historias existentes sobre Sanlúcar no aparecen estos temas
con la debida claridad y orden.
Principalmente hemos hecho uso de un pequeño folleto apócrifo, o sea sin
firma, que tenemos en nuestra biblioteca y que se titula “Historia de
la Imagen de Nuestra Señora de la Caridad que se venera en Sanlúcar de
Barrameda”. Sevilla, 1918. Est. Tip. de “El Correo de Andalucía",
Albareda 17, cuyas afirmaciones y contenido hemos ido comprobando en
otras numerosas fuentes y en las varias que cita.
Entre otras cuestiones, le falta a este artículo la explicación del
origen de las numerosas dádivas, alhajas y objetos que la Virgen de la
Caridad ha recibido a lo largo de la Historia y, sobre todo, de las que
como el dedo de San Pedro, el casco de San Román, las andas y la réplica
de la Sábana Santa y la mayoría de los objetos de plata, recibió del
Duque Don Alonso en donaciones rigurosamente documentadas, o las que
recibió del Ayuntamiento sanluqueño, tales como la lámpara de plata y la
plata de la reforma de las andas.
Por el obligado tamaño de estos artículos estos temas interesantísimos de la Historia de Sanlúcar no pueden ser tratados.
La devoción a la Virgen de la Caridad en Illescas (Toledo)
En el camino de la Corte a la Imperial Toledo, distante setenta
kilómetros, hay un pueblo situado a cuarenta de Madrid, que era por ello
obligado fin de jornada de los viajeros que se dirigían hacia
Andalucía.
El pueblo es famoso en el Arte porque el Greco pintó para la Iglesia de
su Hospital de la Caridad unos cuadros que, aparte de su inmenso valor
artístico, fueron objeto de un famoso pleito entre el Genio y el propio
Rey. Pintados los cuadros en Toledo, al ser transportados a su destino,
el famoso alcabalero de Illescas le exigió al Greco el pago del impuesto
real concerniente a mercancías.
Agregó el Greco que sus cuadros, al pertenecer al reino del Arte, no
eran “mercancía”, y por lo tanto no estaban sometidos al impuesto real.
Invocado en juicio el propio Rey, -que era nada menos que Felipe II, y
al que no gustaba la pintura del Greco, que fue “despedido” de El
Escorial, pese a que como “cuadro de prueba” el cretense presentó su
famoso cuadro titulado “Martirio de San Mauricio y la Legión Tebana”; se
resolvió dicho pleito con estilo “salomónico” por el rey muy a favor
del Greco y del Arte, alegando que una cosa son los extensos reinos de
su Majestad y las mercancías que producen, y otra cosa es el Reino de
las Artes. Este es el origen de que desde entonces las obras de Arte no
paguen impuestos en España de ninguna clase, hasta hace muy pocos años y
la mejor opinión que sobre la pintura de El Greco y el Arte se haya
hecho a través de los tiempos. Pertenece a otro reino…
Sobre el origen de la devoción mariana de la Caridad de Illescas, el R.
P. Gaspar de Jesús María escribió en 1709, que la imagen de la Virgen
traída a esta población fue una de las muchas que el Evangelista San
Lucas mandó hacer y que por disposición de los Santos Apóstoles Pedro y
Pablo fueron traídas a España desde Antioquia a mediados del siglo I.
Continúa diciendo que el título originario fue el de Ntra. Señora de
Illescas, pero habiéndosele hecho un nuevo templo y un hospital fueron
tantos los prodigios a favor de los enfermos, que por ellos se le dio el
nombre de Nuestra Señora de la Caridad en el siglo XVI.
De esta imagen de Illescas se sacaron copias y se extendió la devoción a
otros lugares, tales como una ermita cerca de Calatayud, el Convento de
Franciscanos de Requena, la villa de Tinajas cerca de Cuenca, el pueblo
de Cobre en la isla de Cuba y como veremos a continuación nuestra
ciudad de Sanlúcar de Barrameda.
El origen de la devoción de Sanlúcar a la Virgen de la Caridad
Se explica por un cuadro o exvoto que existe en la Iglesia del Hospital
de Illescas representativo de uno de los muchos milagros o hechos
prodigiosos que se le atribuyen.
En este cuadro aparecen tres soldados peleando entre sí con sus espadas
desenvainadas y uno de ellos con la cabeza atravesada por la espada de
un contrario.
Una explicación al pie del lienzo dice textualmente lo siguiente: “El
Sargento Pedro Rivera Sarmiento, natural de Málaga, residente en
Sanlúcar de Barrameda, estando riñendo dos soldados, se metió por medio a
ponerlos en paz y el uno le dio una estocada por detrás en la cabeza y
se la atravesó y salió la espada por la sien. Estando desahuciado, se
encomendó a la Virgen de la Caridad y sanó. Año de 1608”.
Agradecido el Sargento a la Virgen de la Caridad de Illescas del
prodigio, mandó hacer una copia de la imagen de pequeño tamaño, a fin de
llevarla consigo en todas sus estancias y viajes, que fue la que con
ocasión de sus viajes a Sanlúcar trajo consigo en el mes de marzo de
1608.
La explicación de la estancia del militar en Sanlúcar es sencilla, ya
que Rivera Sarmiento sería miembro de la que llamaremos “Infantería de
Marina” que embarcaban en los treinta Galeones Reales que protegían
formando convoyes a los barcos mercantes que reunidos, hacían dos veces
al año la Carrera de las Indias. La flota de Galeones tenía su base en
El Puerto, y desde allí salía a proteger a los barcos mercantes que en
grandes grupos salían de Sanlúcar.
El “invento” anglosajón de la protección de los barcos mercantes durante
la II Guerra Mundial mediante el sistema de convoyes, fue puesto en
práctica por la Corona de Castilla y la Casa de Contratación de Sevilla a
partir de 1503, precisamente contra los abundantes piratas
anglosajones.
En un protocolo o documento existente en el Santuario de la Caridad de
Sanlúcar de Barrameda se contiene un testimonio que dice así:
“El Alférez Pedro de Rivera y Sarmiento, natural de Cartagena de Indias y
navegante de su carrera, traía consigo una Imagen pequeña de María
Santísima, de estatura de dos palmos con poca diferencia, con el título y
renombre de Nuestra Señora de la Caridad, siendo común devoción que
este soldado era muy devoto de Nuestra Señora de la Caridad, Imagen muy
antigua y venerada en el término de Madrid por las repetidas maravillas y
milagros que ha obrado y obra con sus devotos y que en memoria de su
devoción había mandado hacer esta imagen pequeña de Nuestra Señora de la
Caridad para poderla llevar en el navío y tener presente su protección y
amparo en los frecuentes riesgos que en el mar se experimentan”.
En el mismo Protocolo antes citado puede leerse sobre el sitio en que
fue colocada la Imagen y sobre el hecho prodigioso del aceite, el
encendido de la lámpara y las curaciones, lo siguiente:
“Y habiendo venido a esta ciudad y puerto de Sanlúcar de Barrameda por
el mes de marzo de 1608, puso por su devoción esta imagen en un nicho y
tabernáculo de la esquina de la calle, que entonces llamaban de la
Aduana Vieja y hoy es de la Bolsa, encima de un bodegón y junto a otros y
tenía el cuidado de encender todas las noches un farolito que había
puesto para alumbrar dicha imagen”.
Habiendo continuado esta devoción tres meses, poco más o menos, la noche
del día 6 de junio del referido año de 1608, viernes, después de la
festividad del Corpus, día en que en la plaza de la Rivera había fiesta
de toros, olvidado con este ruido de encender la lámpara, acudió tarde a
esta devoción y halló que estaba encendida de por sí y que daba mucha
más luz y resplandor y que rebosaba el aceite y se revertía con mucha
abundancia, y habiendo dado voces y publicado este prodigio, acudieron
diferentes personas que en vasos y paños y otras cosas, recogieron dicho
aceite milagroso, no sólo en su origen sino en sus efectos, pues
habiéndose untado con él diferentes enfermos, sanaron de sus dolencias,
como lo acreditan los muchos milagros que están calificados, habiéndose
valido de este medio esta soberana Señora, no sólo para ejercitar con
todos su ardiente Caridad, sino para mover los ánimos a que promoviesen y
solicitasen su mayor culto y su más decente situación y tabernáculo.
Publicado este milagro y hallándose el Excmo. Sr. Don Alonso fatigado de
una grave enfermedad secreta, dos años y medio había, sin haber
experimentado alivio en los muchos remedios naturales que se le habían
aplicado, pues le ocasionaba grave dolor al andar y le impedía montar a
caballo y salir de caza. Oído este prodigio y habiéndose encomendado con
mucha devoción a esta Soberana Señora y untándose con el referido
aceite, sanó tan instantáneamente y quedó tan libre de su impedimento,
que sólo andaba y montaba a caballo sin dificultad, sino que en su
disposición juró podría si fuese necesario correr la posta.
Hasta aquí el texto del protocolo antes referenciado. Nosotros por
nuestra cuenta añadiremos que “el Excmo. Sr. Don Alonso” es el séptimo
Duque de Medina Sidonia, décimo Conde de Niebla y décimo tercero Sr. de
Sanlúcar, o sea el que muy a su pesar tuvo que conducir la denominada
por los ingleses Flota Invencible -por la repentina muerte del más
grande marino que España ha tenido, es decir, Don Álvaro de Bazán,
Marqués de Santa Cruz y verdadero vencedor en Lepanto, puesto que era el
estratega de Don Juan de Austria- ya que no era marino sino tan sólo
Capitán General de la Mar Océana, o sea, Intendente de las Flotas de la
Corona.
Este Duque, casado con la famosa Doña Ana de Silva, la del Coto de
Doñana, construyó la fabulosa cerca o “compás” que cierra el atrio de la
Iglesia de Santo Domingo y como veremos más adelante el Santuario de la
Caridad.
En la actualidad en el sitio en que el Alférez Rivera Sarmiento colocó
la Imagen, o sea, en la calle de la Bolsa esquina a la Plaza del
Cabildo, hay un azulejo techado que representa a la Virgen de la Caridad
y que recuerda el lugar en que estuvo la Imagen y los milagros que allí
acaecieron.
Fue colocada en el año 1918 y en dos carteles puede leerse lo siguiente:
“En este lugar fue colocada por Pedro de Rivera Sarmiento la Imagen de
Ntra. Sra. de la Caridad que hoy se venera en el Santuario y aquí se
verificó el hecho prodigiosote encenderse la lámpara por sí sola en año
1608”.
“Este azulejo fue colocado a expensas de sus devotos para conmemorar el
Tercer Centenario de su Proclamación como Patrona de esta ciudad de
Sanlúcar 2-IX-1918”.
El traslado de la Imagen a la Iglesia del Hospital de San Pedro
En el citado Protocolo puede leerse sobre este particular lo siguiente:
“Y agradecido (el Duque) a este beneficio y obtenida licencia del Sr.
Cardenal Niño de Guevara, Arzobispo de Sevilla, dispuso se trasladase
con procesión general y solemne pompa la referida Imagen de Nuestra
Señora, del nicho y sitio, donde había obrado el primer milagro a la
Iglesia Obispal de San Pedro… y se efectuó el día nueve de junio del año
1608 con mucha solemnidad y tierna devoción de todos los habitantes de
la Ciudad; y a este fin el dicho Alférez Pedro de Rivera Sarmiento
aprobó y ratificó la dicha traslación a la dicha Iglesia de San Pedro,
para siempre jamás, de la referida Imagen, por declaración hecha ante
Don Pedro Pacheco, Notario Apostólico y aprobada por el licenciado Luis
de León Garavito, Vicario de dicha Ciudad, en ella, a catorce días de
dicho mes y año” (14 de junio de 1608).
Nosotros añadiremos que el cardenal aludido es el soberbiamente
retratado por el Greco en una sinfonía inolvidable de colores, pese a la
adusta y poco agradable figura del que fue Arzobispo de Sevilla,
Arzobispo de Toledo y Gran Inquisidor.
El cuadro para nuestra desgracia está en el Metropolitan Museum de Nueva
York, donde constituye una de las mejores alhajas de dicha pinacoteca…
en la que hay seis mil cuadros.
También tenemos que decir que el Hospital de San Pedro era uno de los
numerosos que, antes de la Ley de Felipe II del año 1586 que refundía
los establecimientos de beneficencia de la Iglesia en uno solo en cada
ciudad, existían en Sanlúcar. Se encontraba situado en donde hoy está el
Santuario de la Caridad y había sido refundado por la Duquesa Doña Ana
en el año 1602 para atender a las mujeres.
Para más precisión histórica diremos que existía un antiguo Hospital de
San Pedro con su pequeña Iglesia llamada de Santa Ana, y que en el año
1602 la Duquesa Ana lo renovó y convirtió en Hospital de Mujeres
modificando también la Iglesia, que entonces empezó a llamarse Iglesia
Obispal de San Pedro. A esta Iglesia fue donde se trajo la Imagen de la
Virgen de la Caridad.
Nuevos milagros en la Iglesia Obispal de San Pedro y calificación de los mismos.
En el Protocolo que se conserva en la Iglesia de la Caridad dice sobre este tema lo siguiente:
“Y habiendo repetido esta soberana Sra. el milagro de encenderse la
lámpara o farol y rebosado el aceite estando ya en la Iglesia de San
Pedro y siendo innumerables los prodigios que por medio de este aceite
obraba esta Sra. Soberana, así en esta ciudad como en otras de su
comarca, se empeñó dicho Sr.(se refiere al Duque) en que se calificasen;
y el día 23 de noviembre de 1609, día de San Clemente, se publicó en
Sevilla la sentencia pronunciada por el Señor Cardenal D. Fernando Niño
de Guevara en la cual calificó diez y seis milagros de esta Soberana
Señora…”.
La primera procesión de la Virgen de la Caridad
Se llevó a cabo el día 15 de agosto del año 1609 y sobre esta procesión
hay un conocido y amplio relato del escribano Juan Vandalo en que da
todos los detalles imaginables. Esta procesión bajó al Barrio Bajo y
recorrió un itinerario parecido al que recorre actualmente, pero en
sentido contrario.
Omitimos comentar el escrito mencionado porque, por su amplitud y
detalles, nos llevaría mucho espacio. Recomendamos su lectura por la
curiosidad de su redacción “periodística moderna”.
La construcción del Santuario de la Caridad
Viendo los Duques que la pequeña Iglesia Obispal de San Pedro era
insuficiente para acoger a la gran cantidad de personas que acudían a
venerar a la Virgen de la Caridad, decidieron construir una Iglesia de
mayor tamaño y suntuosidad.
El templo que construyeron está consagrado a la Señora Santa Ana, al
igual que lo estaba la Iglesia antigua, que luego se empezó a llamar de
San Pedro, pero la devoción de los sanluqueños a la Virgen de la Caridad
hizo que aunque su verdadero nombre -incluso de consagración-, fue y
sigue siendo el de Santa María dicho, se le dé el nombre de Santuario de
la Virgen de la Caridad.
No repararon los poderosos y devotos Duques en gastos, y como prueba de
ello encargaron la construcción de la Iglesia al genial arquitecto
renacentista Alonso de Vandelvira, a quien tenían a su servicio.
Pocos detalles dan más ideas del esplendor de los Duques y de Sanlúcar
en aquellos tiempos que el hecho de tener la Casa Ducal a su servicio, o
sea como “arquitecto fijo”, a uno de los más grandes que existieron en
el Renacimiento español. A nuestros lectores que les guste la precisión,
les diremos que este Vandelvira no es Pedro, el “abuelo” de la
dinastía, ni el famosísimo Andrés (1507-1577), o sea el “hijo”, autor de
la Catedral de Jaén… sino el “nieto”, en quien se dio la perfección
suma en el arte de construir en piedra. Fueron una familia de seres
privilegiados que donde ponían sus manos surgía la Perfección y la
Belleza. La característica fundamental del Santuario de la Caridad es la
suma perfección con que está hecho. Se empezó a construir el año de
1609 y se acabó en 1612 después de la muerte de la Duquesa Doña Ana, que
tuvo lugar en mayo de 1610.
La imagen de la Virgen de la Caridad fue traída a esta nueva Iglesia de
Santa Ana, o Santuario de la Caridad, el mismo día de la inauguración y
bendición, que fue el día 12 de agosto de 1612, junto con el Santísimo
Sacramento que se trajo desde la Iglesia Mayor.
La Virgen de la Caridad Patrona de Sanlúcar
La Virgen de la Caridad es patrona de Sanlúcar por una propuesta hecha
por el Duque de Medina Sidonia el día 2 de septiembre de 1618, para que
fuese Patrona“suya, de sus hijos y descendientes, de esta Ciudad,
Consejo, Estados…”. En este documento se establece que “para que de aquí
en adelante el día de su celebridad en el que la Santa Iglesia Romana y
la Religión Cristiana hacen memoria de su gloriosa Ascensión lo celebre
con Procesión general de su clerecía, conventos, los Regidores y
vecinos con el mayor adorno y suntuosidad”, o sea que no sólo se fija de
modo definitivo el día de la Procesión, sino que además en el mismo
está la base de la Asistencia del Ayuntamiento a dicha Procesión. La
propuesta de patronazgo que hizo el Duque está redactada por el
escribano Andrés Riquelme, y se conservan copias en numerosos escritos
de Historia de Sanlúcar, Actas Capitulares, etc.
Este Duque no es el antes dicho, sino su hijo Don Manuel Alonso, Octavo
Duque de Medina Sidonia, que fue el del famoso Convite del Coto dado en
1624 el Rey Felipe IV, y que construyó la Iglesia de la Merced, que es
el más bello monumento que hay en Sanlúcar. Si el Santuario de la
Caridad es la Perfección en el Arte de construir, la Merced es la
Belleza.
¡Qué suerte hemos tenido con terminar nuestro artículo sobre la Virgen con las palabras PERFECCIÓN Y BELLEZA!
Isidro García del Barrio Ambrosy
Académico de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras
De Jerez de la Frontera
(Fuente de Información Cincho y Chasca)
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