La Creación la ha puesto Dios para nuestro deleite. Nuestra tierra está
sometida a una constante alteración y degradación fruto de las ansias
de disfrute del hombre. Respetemos el entorno donde descansamos y
gocemos de tantas cosas buenas que el Señor pone a nuestro alcance.
Cuesta siglos repoblar la tierra, horas el incendiarla.
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